Explorando una constitución distinta:
Ante el inminente cambio de nuestra carta magna, resulta interesante explorar cómo es que otros países han configurado su constitución. En particular, vamos a hacer referencia al país capital de la relojería mundial, uno por la cercanía con nuestro trabajo y otro porque su forma de gobierno es muy interesante y participativa. Hablamos de la Confederación Helvética, más conocida como Suiza, Schweiz, Suisse o Svizzera.
Suiza es una república democrática parlamentaria federal pluripartidista. Ok expliquémoslo. Se han preguntado alguna vez quién es el Presidente de Suiza, o su Primer Ministro? Casi siempre uno tiene noción de los mandatarios de los países del mundo, pero con Suiza es un caso especial, ya que no cuenta oficialmente con un Jefe de Estado como estamos acostumbrados a conocerlo. En Suiza, el poder ejecutivo lo ejerce un Consejo Federal que cuenta con 7 consejeros que deben representar equitativamente las diversas regiones y lingüísticas del país. Son elegidos por la Asamblea Federal (parlamento) por un período de 4 años. El consejo debe tomar decisiones como un cuerpo y consta de un presidente que se va alternando todos los años con los demás miembros y actúa con facultades sólo de un «primus inter pares», es decir meramente como un secretario general y sin atribuciones por sobre los demás. A nivel de representación partidaria en este consejo, existe la «concordancia» y aunque no está inscrita en la constitución, se alza como una tradición de representación de todos los sectores. Esto implica una elección de los consejeros acorde a la votación del país por los partidos políticos. De esto se deriva la llamada «fórmula mágica», en la cual el consejo ha sido repartido entre los partidos políticos más votados, con 2 asientos para los principales, el PSS (Partido Socialista Suizo), PLR (Partido Radical Liberal) y PDC (Partido Demócrata Cristiano Suizo) y un asiento para la UDC (Unión Demócrata del Centro). Esta proporción 2:2:2:1 duró sin cambios hasta 2003, donde la repartición en el Parlamento cambió radicalmente, viendo al PDC caer como cuarto partido, quedando con sólo un consejero y dándole uno adicional al UDC. A su vez, cada consejero es la cabeza de un Departamento distinto, o Ministerio como lo conocemos acá.
El estado suizo está a su vez conformado en tres niveles: La Confederación, los 26 cantones (todos los cantones tienen su propio parlamento) y las más de 2.250 municipalidades. Esta configuración le da amplios poderes a los cantones y sus municipalidades, descentralizando el país. Suiza es un país en el cual conviven tres distintos idiomas (4 si consideramos al «romance»), el francés, alemán e italiano. Esto conlleva distintas culturas y además, distintas zonas geográficas, por lo que el federalismo es parte fundamental para el funcionamiento óptimo de este diverso país.
En Suiza, cualquier cambio a la constitución tiene que ser llevaba a plebiscito obligatorio.
Los ciudadanos pueden impugnar cualquier ley votada por la Asamblea Federal y, por medio de iniciativas, introducir enmiendas a la constitución federal. Este tipo de sistema político es descrito como democracia semidirecta y esto es muy importante. Amparados por la constitución, las ciudadanos pueden tomar «Iniciativas ciudadanas» y proponer leyes sin necesidad de contar con representantes políticos en el parlamento. Este tipo de iniciativa popular debe seguir un proceso bien definido: después de un período de 18 meses, durante los cuales se deben reunir 100.000 firmas, la iniciativa se deposita en la Cancillería federal, que la valida. Luego se llama a un referendo.
Todas las nuevas leyes pueden ser cuestionadas y se puede solicitar un referéndum ya se a nivel municipal, cantonal o federativo. Cuando una nueva ley o una ley revisada se publica, los ciudadanos que se opongan a su entrada en vigor disponen de cien días para reunir 50.000 firmas de ciudadanos suizos. En caso de reunirlas, la ley debe ser sometido a referéndum, y entrará en vigor si la mayoría de votantes decide favorablemente.
Es por esto que se llama «semidirecta», ya que conviven una administración a través de la elección de representantes, como también una administración directa ciudadana.
A nivel parlamentario, cabe destacar la modalidad de «Político Miliciano». Esto significa que los legisladores en Suiza ejercen sus cargos de manera compartida con sus profesiones, generalmente al 50%. Esto quiere decir que no existe casi la profesión de parlamentario ya que siguen trabajando en sus profesiones normales de manera compartida. En cuanto a los salarios, reciben una dieta de acuerdo a su participación en las labores del parlamento. En promedio, un parlamentario suizo gana 60.100 Euros al año, esto equivale a $52,5 millones de pesos chilenos, que a nivel mensual son $4.375.000 pesos mensuales. Una cifra bastante menor a la chilena de $9.000.000 sin contar las asignaciones que llegan a $11.000.000 adicionales para los diputados y $22.000.000 para los senadores! Adjuntamos un gráfico que muestra las diferencias en los sueldos parlamentarios en la cámara baja de la OCDE, particularmente entre Chile y Suiza. Luego adjuntamos otro gráfico que muestra las diferencias entre los salarios promedios de ambas naciones. Siendo en Suiza el salario promedio más del doble del chileno, aún así sus parlamentarios ganan mucho menos.
Aunque estamos hablando de países y realidades muy distintas, es muy útil ir tomando consciencia de que hay maneras distintas de organizar un país. Siempre es bueno abrir la mente y analizar otras posibilidades. En este muy breve resumen hemos mostrado algo de Suiza, una nación que admiramos en su relojería, pero también en su desarrollo, siendo un país con muchísimo menos riqueza natural que el nuestro, pero que sin duda ha sido muy inteligente a la hora de establecer sus políticas.